Grupo Lince: Hacia la nueva normalidad e inclusión en 2021

Grupo LINCE es el Centro Especial de Empleo (CEE) más grande de Castilla y León. Con más de 30 años de trayectoria, cuenta con una plantilla de más de 700 trabajadores, 90% con algún tipo de discapacidad. Este CEE de iniciativa social forma parte de FUNDACIÓN PERSONAS, organización sin ánimo de lucro, que suma 3 Centros Especiales de Empleo repartidos entre Valladolid, Segovia, Zamora, Palencia y Guardo. Con una plantilla superior a los 1.800 trabajadores, la sitúan como el primer empleador de personas con discapacidad de la región.

Actualmente, Grupo LINCE presta servicios a más de 700 clientes de origen regional, nacional e internacional en las diferentes líneas de negocio que desarrolla: limpieza, jardinería, marketing directo, hostelería y servicios auxiliares a la industria.

La diversificación y crecimiento de sus líneas de negocio, que ofrecen una variedad de puestos de trabajo adaptados a los diferentes perfiles laborales de las personas con discapacidad, permitieron en 2019 un crecimiento de la plantilla superior al 19%, 100 personas con discapacidad, mayoritariamente de carácter intelectual o enfermedad mental.

En este contexto de avance hacia una mayor inclusión laboral de las personas con discapacidad en Castilla y León, Grupo LINCE inició 2020 de igual forma que terminó el 2019, en lo que a día de hoy podemos llamar la ‘falsa normalidad’ o ‘vieja normalidad, «donde nadie imaginaba que el segundo trimestre del año iba a suponer el mayor reto de gestión de las últimas décadas poniendo de manifiesto las debilidades y fortalezas de las organizaciones», apunta Daniel Clavero, gerente de Grupo LINCE

Con la llegada de la COVID-19 y el establecimiento del estado de alarma, al igual que toda la sociedad civil, empresas y en especial las organizaciones que apoyan a las personas con discapacidad, Grupo LINCE se tuvo que enfrentar a un reto sanitario, económico y social de cuya superación dependía la supervivencia y el mantenimiento del empleo de sus trabajadores.

Para dar respuesta a esta grave situación, «Grupo LINCE se apoyó en los tres pilares en los que se fundamenta su modelo de inclusión laboral: la prevención, el apoyo socio-laboral a las personas y la estabilidad en el empleo».

Prevención

Reforzó el sistema certificado OHSAS 18001 con medidas complementarias orientadas específicamente a combatir la amenaza de la COVID-19, tanto en los puestos de trabajo que permanecieron en activo, como en los hogares de las personas, teniendo, especial consideración, con los colectivos especialmente sensibles.


Socio laboral

El equipo y unidades técnicas de Grupo LINCE, basándose en su modelo multidimensional de apoyos, orientaron y supervisaron de forma individual a las personas más vulnerables, durante todo el periodo de confinamiento y desescalada, para garantizar que su calidad de vida se viera afectada en la menor medida posible, acompañando este soporte con coberturas de tipo económico (ampliación de su fondo social, anticipos de salarios, etc.) y laboral (teletrabajo, estudio de colectivos de riesgo, etc.).

Sin embargo, el hecho más relevante de esta etapa ha sido la aplicación de dos ERTES que han afectado a más de 350 trabajadores de la plantilla, ‘ertes sociales’, no solo por su alineamiento con lo que estaba sucediendo en la mayoría de las empresas del mercado laboral sino principalmente por el grado de consenso interno y coordinación entre la empresa y los representantes de los trabajadores que, de mutuo acuerdo, acordaron establecer estas medidas como la base de protección y cobertura del empleo.


Estabilidad de empleo

Una vez finalizado el estado de alarma, Grupo LINCE ha experimentado una paulatina reapertura de los centros de trabajo de sus clientes y en su firme apuesta por el empleo ha decidido recuperar a todos los trabajadores afectados por el ERTE que, a día de hoy, están desempeñando sus puestos de trabajo con ‘nueva normalidad’.


Aprendizaje y reflexión

El primer semestre de 2020 está relacionado con la dualidad y contradicción de lo fuertes y vulnerables que pueden ser al mismo tiempo los centros especiales de empleo, especialmente aquellos de iniciativa social, y su firme apuesta por el empleo de aquellas personas con discapacidad que más lo necesitan.

Grupo LINCE es un claro ejemplo de ello. Después de un año récord en contrataciones, en un contexto de estabilidad económica, una situación de crisis sanitaria ha puesto en situación de riesgo a más de la mitad de la plantilla, y frente a este riesgo ha puesto en valor sus principios donde la persona representa el eje central sobre el que giran sus decisiones.

En esta nueva etapa, y a lo largo del segundo semestre de 2020, «estamos obligados a ser ciudadanos y trabajadores ‘post-covid’en un contexto de incertidumbre sanitaria y económica; primero porque no sabemos en qué medida puede volver a reproducirse la misma situación con la llegada de nuevos contagios, y segundo con el descenso del PIB que anticipan los principales estudios económicos y la finalización de medidas laborales aplicadas prevista para finales de año que afectarán muy negativamente al empleo y la situación de las empresas y hogares en España».

Con un escenario de incertidumbre, a los problemas habituales en materia de inclusión laboral de las personas con discapacidad –envejecimiento a edades más tempranas, necesidad de flexibilizar los itinerarios de inserción desde la formación y ocupación al empleo, discriminar positivamente a las entidades sin ánimo de lucro y colectivos más vulnerables en materia de subvenciones, etc.– se une una nueva crisis económica, para muchos, sin haberse recuperado de la anterior crisis financiera de hace 10 años.


Medidas necesarias

Estas especiales circunstancias requieren sin duda de todo el apoyo que la Administración Pública pueda prestar a los centros especiales de empleo. Para afrontar un 2021 previsiblemente complejo, en el que todos esperamos dejar atrás un año 2020 lleno de incertidumbre, «es necesario que se adopten medidas de compensación que complementen el esfuerzo realizado por estas entidades para mantener sus plantillas», señala Clavero. 

Si en 2019, ante la subida del SMI a 900 euros, se incrementó un 5% la subvención de costes salariales de los centros especiales de empleo, una nueva subida del SMI en 2020 hasta los 950 euros parecía motivo más que suficiente para, como mínimo, mantener este incremento también en 2020. Pero la situación económica derivada de la COVID-19 ha agravado esta situación «y ahora un incremento del 25% de esta subvención es indispensable, tal y como se hizo durante varios ejercicios en la pasada crisis financiera, lo que evitó el cierre y permitió la continuidad de muchos centros especiales de empleo en España».

Grupo LINCE presta servicios a más de 700 clientes de origen regional, nacional e internacional

Parece que 2021 será el año de la ‘nueva inclusión’ donde las empresas sufrirán el impacto económico real de la situación que estamos viviendo en 2020 y, por tanto, las oportunidades laborales de las personas con discapacidad en el mercado ordinario se verán muy restringidas, si no se hace algo al respecto. 

«La importancia del empleo protegido y el rol de centros especiales de empleo de iniciativa social como Grupo LINCE y Fundación Personas se vislumbra aún más importante para garantizar la inclusión laboral de las personas con discapacidad».

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